1. El escenario de la intervención
A última hora de la tarde del día 3 de diciembre de 2010, el Samur Social, como Servicio Social de Emergencia Social, fue activado, desde la dirección General de Emergencias del Ayuntamiento, con el fin de acudir al Aeropuerto de Barajas ante la situación producida por la “Huelga” de controladores aéreos que había comenzado esa misma tarde.
En primer lugar, cabe señalar que la vía de activación se debe al protocolo del Ayuntamiento de Madrid en situaciones de grandes emergencias. En este sentido, el Samur Social, como Servicio Social de Emergencia Social, se integra con el conjunto de dispositivos municipales de intervención de Emergencias (Bomberos, Policía, Selur, Samur PC,…) y es la Dirección General Municipal de Emergencias el ámbito institucional que activa y coordina las actuaciones de todos los servicios de emergencia en la ciudad de Madrid.
Una vez producida la activación, el Samur Social acude al Aeropuerto con un mando y dos unidades móviles de este servicio y en coordinación con el Samur Protección Civil se pone en marcha un dispositivo de intervención socio-sanitario de Emergencia destinado a atender a las personas afectadas por el bloqueo ante la imposibilidad de despegue de los aviones. Desde las 17 horas no salía de Barajas ningún vuelo y comienza a producirse la acumulación y aglomeración de ciudadanos afectados por la huelga de controladores en las diferentes terminales del aeropuerto. Según los técnicos de AENA se trata de una situación de crisis por grandes retrasos.
2. Cómo se justifica la intervención del Samur Social
Ante esta situación de “caos” y aglomeración de afectados en las terminales del aeropuerto, se plantea una cuestión previa que consiste en determinar nuestra intervención como Servicio Social de Emergencia (legitimidad funcional).
Hay que reconocer que en sí mismo, esta circunstancia no se debe entender como una situación de Gran Emergencia, ya que en principio, nos encontramos con situaciones de desprotección social. Ahora bien, es cierto que esta situación, en ciudadanos vulnerables desde el punto de vista de situaciones personales, puede generar estados de un cierto grado de desprotección y/o carencia personal. En este caso, se trata de personas mayores que quedan bloqueadas en el aeropuerto, familias con menores, personas con algún tipo de discapacidad que determinan dependencia, etc… Por tanto, en principio, parece que el ámbito de intervención del Samur Social se centra en proporcionar atención a dichos grupos sociales vulnerables. El resto de ciudadanos, se entiende que deben buscar la respuesta a sus necesidades en las agencias de viajes, compañías aéreas, gestores del aeropuerto, etc… Se puede definir que estas personas no sufren estados graves de desprotección.
Hay que reconocer, por tanto, que este tipo de situaciones, a pesar de generar importantes incomodidades y trastornos personales y sociales, además de consecuencias políticas, económicas e institucionales no son equiparables a lo que entendemos como situaciones de Gran Emergencia, las cuales generan estados graves de desprotección y de carencia (atentados, inundaciones, etc…). En este tipo de situaciones, lo más importante es que no hay pérdidas personales (fallecimientos) pérdida de bienes básicos como el domicilio, etc… En definitiva, no hay pérdidas de los afectados que suponga una quiebra en sus recorridos personales.
3. ¿Qué prestaciones se proporcionan?
Definido el escenario de nuestra intervención y justificación de la misma, cabe señalar los aspectos tangibles de la actuación de Samur Social, es decir, los servicios y prestaciones que proporcionó dicho servicio.
En primer lugar, se realizó una labor de apoyo y contención emocional a las personas más vulnerables que solicitan nuestra ayuda. En segundo lugar, se proporcionaron prestaciones materiales como mantas, agua, pañales, leche maternal y, especialmente se proporciona alojamiento de emergencia a los grupos de personas vulnerables señalados anteriormente que quedaron bloqueados en el aeropuerto y que por diversas circunstancias las compañías aéreas no pudieron asumir el alojamiento de estas personas. En este sentido, se proporcionó alojamiento a un matrimonio de personas mayores con movilidad reducida, a otras dos personas mayores que presentaban un problema de patología cardiaca que requería un cierto nivel de control y por último, se alojó a una familia de personas extranjeras en situación de precariedad económica que no contaban con recursos económicos para poder pagar por sí mismos un alojamiento.
Como se ha podido observar, todos los casos de personas atendidas responden a los perfiles de personas vulnerables.
4. Algunas reflexiones y/o conclusiones finales
Seguidamente se realizan algunas conclusiones y/o enseñanzas de la experiencia de estos días pasados.
- Nos encontramos ante una situación que resulta compleja denominarla como de Gran Emergencia. Ahora bien por el número de afectados y por las consecuencias principalmente mediáticas del mismo, tiene una importante semejanza con una situación de Gran Emergencia. En principio, se produce una situación de malestar e incomodidad personal. Hay que reconocer que no se producen situaciones de “pérdida irreparable” generadoras de estados permanentes de vulnerabilidad psicológica y desprotección social.
- La intervención de los Servicios Sociales de Emergencia Social se legitiman en la medida que proporcionan apoyo social a los grupos más vulnerables que sufren este tipo de situaciones imprevistas que desbordan la capacidad de respuesta personal.
- Las prestaciones del Samur Social son, principalmente, de carácter material proporcionando respuesta a necesidades básicas de subsistencia ante el desarrollo de una situación imprevista. Apenas es necesario generar una respuesta de apoyo emocional y de acompañamiento social.
- Por último, como ha sucedido en otras situaciones de Gran Emergencia o similares, la visibilidad de nuestra intervención ha sido muy escasa y en este caso, agravada por la presencia de los efectivos de la Unidad Militar de Emergencia, la cual, entre otras cosas, proporcionó prestaciones materiales similares a las que proporcionaba Samur Social, tal como fue el reparto de mantas. Sin lugar a dudas, resulta más mediático la presencia de militares repartiendo mantas que la presencia de los profesionales del Samur Social. Por cierto, en este apartado, otro elemento a reflexionar es el ámbito de la participación de la Unidad Militar de Emergencia en este tipo de situaciones. Ahora bien, creo que este tema requiere de un análisis más extenso y específico.
Para concluir, podemos afirmar que como en anteriores situaciones similares, de nuestra participación podemos sacar enseñanzas y aprendizajes que nos permiten aprender y sobre todo, mejorar nuestra intervención. En este sentido, este artículo pretende visibilizar y poner en común la experiencia desarrollada estos días, por lo que el mismo está abierto a vuestras sugerencias y aportaciones.
Considero valida y postiva la contribución que el Samur Social pudo ofrecer el pasado 3 de diciembre en el Aeropuerto de Barajas ante la huelga de controladores aereos. Más que justificada está la intervención social (se llame o no !»Gran Emergencia») sitenemos en cuetna que se trata de una situciación de caos y de crisis en la que se encuentran un elevado número de ciudados afectados, con sus circustancias particulares, entre las cuales hay personas en situaciónes de especial vulnerabilidad, con dificultades y problemas de diferente índole (previos o generados en ese momento) como pueden ser: personales, de alejamiento, familiares, etc; que requieren de la actuación profesional que ayuden a dar respuesta a sus necesidades. Para ello, importante y necesaria de la actuación coordinada de los diferente disponsitivos (tarea siempre compleja y más en tales situaciones de caos) así como de un protocolo claro y práctico para una intervención que proporcione el mayor orden y eficacia posible.
Los grupos psicosociales tenemos muchas tareas pendientes, la coordinación, desde luego es fundamental e imprescindible en nuestra intervención pero aun es mas importante que desde las administraciones y los responsables de estas apuesten y se crean que utilidad tenemos y cuanto podemos aportar desde los Servicios Sociales.
Respecto al comentario del papel de la UME (Unidad Militar de Emergencia) creo que un ejemplo de la tarea que tenemos pendientes los grupos psicosociales. He participado en diversas emergencias y es necesario y posible una mayor coordinación entre los diversos intervinientes (Colegios de Psicólogos, Trabajadores sociales, Cruz Roja, UME, Servicios Sociales, Proteccción civil, Salud mental….). Hay que trabajar desde el antes. Creo que hay espacio y trabajo para tod@s pero hemos de ordenarlo.