En estos días, el periódico argentino La Nación, se ha hecho eco de un estudio de salud del Ministerio de Salud de la Nación, llevado a cabo de entre los años 2005-2015 en Argentina.
Una de sus conclusiones es que la principal causa de muerte entre los jóvenes comprendidos entre los 15 y 34 años son los accidentes de tráfico y los suicidios. “En 2015, un argentino murió cada dos horas en un incidente vial, y el 44% de las víctimas tenían entre 15 y 34 años”. A su vez “más de 3000 argentinos se quitan la vida por año y, en promedio, la mitad de ellos son personas de entre 15 y 34 años”.
Se trata de muertes por causas externas, ó muertes traumáticas, con una repercusión importante en el ámbito social de la persona muerta: de inicio, la propia pérdida de un ser humano, además de la afectación en el contexto familiar, laboral, amigos, económico, etc.; así como de alta implicación judicial-forense. La prevención planificada con acciones educativas e informativas a nivel grupal y comunitario, entre otras, son estrategias que pueden contribuir a la reducción de esas muertes evitables, y una inversión saludable y de futuro para un país.
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