Asturias registró el lunes hasta 32 incendios forestales. En la imagen, un bombero realiza un cortafuegos en las inmediaciones de la Reserva de la Biosfera de Muniellos. Fuente de la imagen: Agencia SINC | EFE/José Luis Cereijido
Este verano, incluso hasta bien entrado el otoño, Galicia, Asturias y el norte de Portugal han vuelto a ser noticia, lamentablemente, por sus incendios forestales. Han muerto 4 personas en Galicia y 41 en Portugal.
Los informes apuntan que el 99% de los incendios tienen su origen en el ser humano y el 75% son intencionados –causados de forma deliberada por incendiarios–; de éstos, muy pocos son pirómanos; término éste que se suele usar de forma equívoca.
Expertos biólogos llevan décadas estudiando el fenómeno en el que interactúan causas humanas, naturales y climáticas. Consideran que “Hay un despoblamiento muy acusado y un envejecimiento muy fuerte del medio rural. La utilización histórica del fuego junto con ese crack demográfico y económico ha desmadrado el problema”. Apuntan el alto riesgo para la población y sus viviendas producto de una gestión territorial que mezcla la edificación con el monte.
Una vez más, la prevención desde sus diferentes frentes, es la clave para empezar a frenar un “clásico” del verano.
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Artículo publicado el 18 de octubre de 2017.
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