Los museos, en general y desde hace no tanto tiempo, van dejando de ser estancias estáticas, casi aburridas.
Hoy, incluso con la ayuda de los medios tecnológicos, pretenden ser espacios vivos que permiten al visitante no solo recrearse con los sentidos -unos más que otros, en dependencia de la temática- sino, además, acercarse al pasado para, así, entender mejor el presente.
El trabajo en urgencias-emergencias –desde cualquier especialidad– es muy conocido por su dimensión asistencial; y, claro, resulta extraño oír que existen museos en torno a situaciones de riesgo, peligro, incluso traumáticas. Sin embargo, son un inestimable recurso en el marco de la prevención; en cuanto que desempeñan un papel sensibilizador, informativo y educativo, entre otros. Permiten, con el acompañamiento de sus profesionales, acercarse al nacimiento y la razón de ser de un colectivo profesional, su evolución histórica en los materiales de trabajo y de protección personal, el reconocimiento social, los éxitos y los sinsabores, su adaptación a las exigencias de cada época, su compromiso con la sociedad, los sucesos más relevantes en que han intervenido, etc. Este es el caso del museo del Fuego y de los Bomberos de Zaragoza.
El convento de Mínimos de la Victoria, del siglo XVII, ubicado en pleno casco histórico de la ciudad de Zaragoza, lo acoge desde el año 2012, además de dar cabida al parque de bomberos nº 2. Se podría decir que es un retorno al lugar que vio los inicios de este colectivo puesto que en 1875 «se determinó el traslado del Parque de Bomberos y Depósito Municipal al convento de la Victoria», desde su anterior ubicación desde el año 1863 en el ex convento de San Pedro Nolasco.
Un sinfín de materiales diversos: equipos de trabajo personal y colectivo, fotografías, filatelia, maquetas, instrumentos científicos, miniaturas, sin olvidar los vistosos vehículos, jalonan sus nueve salas: la de exposiciones temporales que, recientemente, ha contado con la exposición de dibujos Una mirada distinta. 080 Femenino de Steve Gibson, integrada por las mujeres del cuerpo de bomberos, una muestra de su compromiso social con la igualdad de oportunidades; el salón de actos, que es una sala audivisual que cuentan con infinidad de videos que recrean desde la historia del cuerpo de bomberos, sus diversas formaciones específicas, simulacros, etc. hasta material formativo sobre el conocimiento de los peligros del fuego y pautas preventivas para niños y adultos; se completa el recorrido con diversas estancias dedicadas al fuego, el salvamento, la extinción de incendios, la historia de los bomberos y del propio edificio y, el patio claustral, con los vehículos. No podía faltar un toque moderno: un fotocall que da la oportunidad de inmortalizarte bombero por un momento, todo un sueño para niños… y no tan niños.
El compromiso, la ilusión y la experiencia de los bomberos que lo miman a diario, es insustituible para el disfrute de la visita guiada.
Más información en:
- https://www.zaragoza.es/sede/portal/bomberos/servicio/equipamiento/4465?test=s
- https://es.wikipedia.org/wiki/Museo_del_Fuego_y_de_los_Bomberos
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